miércoles, 19 de diciembre de 2007

Profe, profe... ¿Está mal que sea homosexual?



Una vez en la facultad, conversando con dos compañeras cristianas les consulté sobre su posición acerca del homosexualismo. Entre el diálogo, me preguntaron a media voz y con temor ¿Cómo hacemos para ayudar a un niño que tiene un papá homosexual? ¿Desarrollará su masculinidad? O ¿Como salvamos a un niño que tiene una familia disfuncional con dos lesbianas para que no se traume? ¿Cómo podemos hacer para que un chico que parece homosexual, deje de serlo y tenga un buen desarrollo? ¿Cómo podemos notar la presencia de un profesor homosexual para no permitirle entrar al aula y así proteger a los alumnos? No vaya a ser pedófilo...

La verdad es que es un tema complicado para el que nuestro sistema educativo peruano no esta, ni escasamente, preparado. Ya en uno de los textos que el Minedu reparte en las insttituciones eductivas, aparece un cuadro sobre los cambios que surgen en la adolescencia, mostrándole a los estudiantes (al hablarles de sus emociones, gustos y sentimientos) que: "Si eres varón sentirás atracción por una mujer y si eres mujer, por un varón", lo que evidencia la negación total de otras tendencias sexuales, otras atracciones y finalmente, otras identidades. Así, tendremos que analizar este tema desde varias perspectivas.

Empezaré por la pregunta final, la relación entre homosexualidad y pedofilia, porque es un error muy comun el confundir o asociar ambos términos como si fueran sinónimos, cuando en realidad una es patológica (la pedofilia es una parafilia) y la otra no. La homosexualidad es una orientación sexual que no es, necesariamente ni completamente, patológica; mientras que lo otro es un trastorno de la elección del objeto sexual que sí se considera patológico, sobretodo en caso de pedofilia. Tampoco hay que confundir el trastorno de la identidad con la homosexualidad, porque esta última no implica necesariamente un trastorno de identidad (muchas lesbianas y gays se reconocen a sí mismo como mujeres y hombres, respectivamente). Entonces: hay pedófilos tanto homosexuales como heterosexuales, así como hay homosexuales y heterosexuales que no son pedófilos. Uno cosa no tiene que ver con la otra y es un prejuicio malinformado o desinformado querer conectar ambos términos. Incluso, la mayoría de casos de pedofilia que se han reportado en nuestras escuelas han sido cometidos por profesores heterosexuales, generalmente hombres que abusaban de niñas.

Sobre el temor y preocupación de que un niño sufra algún transtorno por estar en contacto con un padre, madre, u otro pariente homosexual, es algo totalmente sin fundamento, aunque lamentablemente muy común; porque responde más a la creencia de que la homosexualidad es una desviación a ser combatida (y no una manera distinta, pero igual de válida de vivir) que a algún dato riguroso proveniente de la investigación científica. No hay alguna investigacion psicológica irrefutable y confiable que indique que los niños criados por parejas homosexuales muestren alteraciones significativas, en su desarrollo, en comparación con los niños criados en familias heterosexuales. De esto hay experiencias en muchos paises y es comprensible por lo siguiente: al sacudirnos un poco de nuestros prejuicios, notaremos que hay parejas homosexuales armónicamente constituidas, sólidas, capaces de dar estabilidad y afecto al niño y brindarle un ambiente saludable para crecer de mejor manera que los otorgados por una pareja heterosexual en la que podemos encontrar violencia familiar, abuso de alcohol y drogas, o irresponsabilidad y descuido de los padres hacia sus hijos.

Por otro lado, el miedo a que un niño no desarrolle su masculinidad por vivir con homosexuales no tiene sentido, primero porque, como mencione arriba, hay homosexuales masculinos que no tienen transtorno de identidad y que se sienten y desean seguir siendo hombres (igual pasa con algunas lesbianas) y, segundo, porque los niños no son seres aislados ni viven con solo una o dos personas; sino están en contacto con diversos modelos (en la TV, la escuela, la calle, etc.) teniendo oportunidad de ver diferentes expresiones y orientaciones sexuales, lo que es una buena manera de experimentar la diversidad. Por eso, que una familia sea buena o mala para un niño no pasa por la orientación sexual de sus padres; sino por muchas otras variables (estabilidad emocional, estructura cognitiva, sistema valorativo, capacidad de empatía, etc) que son compartidas tanto por homosexuales como heterosexuales. Finalmente, es un error creer que la familia de una pareja homosexual es de por sí disfuncional; ya que este rasgo puede aparecer en cualquier tipo de familia.

Lo complejo de esto es que existen muchos profesores y psicólogos convencidos de que la homosexualidad es dañina y debe corregirse. Por sus creencias, miedos o por otra razón, se resisten a reconocerla como una forma válida y respetable de vivir y reclaman su derecho a expresar sus opiniones y puntos de vista en el aula, lo que resulta una situación muy problemática porque la escuela es un lugar fundamental, donde las personas forman sus identidades y un discurso que niegue identidades diferentes (o totalmente avasallador de ellas) no ayuda a cumplir con este objetivo fundamental de la educación, sino todo lo contrario. Así se forman, al menos dos posturas. La primera son quienes piensan que aquellos profesores cuyas creencias no les permite reconocer, aceptar y respetar la identidad de los homosexuales, deberían abstenerse de expresar sus ideas en el aula, porque atentarían contra una de las funciones más importantes de la educación y contra el reconocimiento al que todo ser humano tiene derecho. La segunda son quienes dicen que, en una democracia, los colegios deben ser lugares de debate abierto y que los profesores que tienen la postura de que la homosexualidad es repugnante o es un símbolo de pecado tienen derecho a manifestarlo en cualquier lugar público, incluída la institución educativa.

Es una pena que nuestro sistema educativo esté tan ciego e indiferente a este tema tan polémico. Sé que mucha gente no estará de acuerdo con estas ideas, pero las dejo allí, como para que, continuemos preguntándonos ¿Qué hará un profesor con ideas negativas sobre la homosexualidad si tiene un alumno gay en el aula? ¿Y un tutor? ¿Lo rechazará y le hará sentir que tiene algo malo? ¿Ignorará su existencia? ¿Cómo puede acogerlo y reconocerlo si tiene creencias tan negativas sobre su identidad? Finalmente, es necesario e importante introducir este tema en nuestras escuelas, de manera adecuada, para que los alumnos no se vean consumidos por los prejuicios, con modelos positivos de respeto y dignidad para todo tipo de personas y así, puedan defenderse de la violencia generada por aquellos prejuicios. Aquí dejo la primera parte de un documental sobre esta situación, en las escuelas primarias norteamericanas.

1 comentario:

july dijo...

considero que es un tema bastante bueno aunque an algunas cosas no concordamos ...pero en fin es algo que de verdad se va viviendo en el dia a dia y no solo en tu pais si no que en muchos mas....